En los últimos 20 años la evolución y creación de herramientas aplicadas en investigaciones legales y forenses ha crecido exponencialmente. Una de esas áreas ha sido la Odontología forense, la cual es, hoy en día de suma importancia para la identificación de cadáveres o el estudio de marcas dejadas en los mismos para lograr identificar un sospechoso.
En un comunicado de la entidad se indica que, pese a que se ha generalizado la idea que la odontología forense es una herramienta para identificar cadáveres, cada vez está ganando importancia en las investigaciones relacionadas con casos de violencia doméstica, la cual sigue siendo una problemática de nuestra sociedad. Ello se debe a que la violencia de este tipo puede dejar marcas en la región orofacial y lesiones características, por ejemplo, en el interior de la boca, que no son visibles desde el exterior. El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife quiere destacar la importante labor de los odontólogos a la hora de detectar en las consultas dentales posibles agresiones.
La odontología forense se encarga del estudio de las piezas dentales con fines identificativos y en el caso de los cadáveres calcinados o en avanzado estado de descomposición, se pueden averiguar datos antropológicos, edad, raza, sexo, hábitos personales o examinar posibles mordidas.
Los dientes son las estructuras que mejor se conservan, ya que soportan la putrefacción o las elevadas temperaturas, entre otros elementos, pero el odontólogo forense puede también realizar en personas vivas dictámenes de edad; determinar la existencia de delitos sexuales, maltrato infantil y violencia de género; establecer responsabilidad profesional y tipificar lesiones.
Su labor es vital también a la hora de distinguir entre mordeduras de origen humano y animal, añade el Colegio de Dentistas, que indica que en todos los casos es de vital importancia que el odontólogo cuente con un odontodiagrama completo, que le permita llevar un registro completo de la información sobre la salud bucal de una persona, el cual incluye rasgos individuales como presencia de implantes dentales, fracturas, diastemas, malposiciones o desgastes, entre otros.
Las radiografías también permiten estimar la edad en función de la maduración de los dientes o comparar formas y contornos de las restauraciones o los maxilares, además de registrar dientes retenidos o tratamientos pulpares.
Por su parte, la queiloscopia es un sistema de identificación basado en el estudio de los pliegues de los labios de boca, que son únicos e irrepetibles y que no sufren alteraciones con la edad y por ello son de gran ayuda en agresiones. Esta técnica es muy reciente, pero posee un valor identificativo suficiente.
Asimismo, la rugoscopia es otra herramienta útil para el odontólogo forense, ya que las rugosidades que se localizan en el paladar duro son únicas en cada persona y también se consideran perennes e inmutables.
También en una investigación, el odontólogo forense puede extraer ADN y las mejores piezas para ello son los molares debido a la amplitud de su cavidad pulpar, ya que es en la pulpa precisamente donde se encuentra la mayor cantidad de ADN