En la odontología y en la medicina, la ansiedad por parte de los pacientes es algo común y bastante frecuente, en especial en los pacientes pediátricos. Esto se debe a la anticipación involuntaria de los que ellos consideran un daño inminente o a futuro, que se acompaña de una sensación desagradable y de síntomas somáticos de tensión.
En la práctica es innecesario medicar a los pacientes en forma rutinaria, sin embargo, existen casos en que la sedación preoperatoria es de gran valor. Cuando los pacientes presentan una ansiedad elevada frente a cualquier procedimiento dental, la administración de un barbitúrico de corta duración, no solo moderará el temor sino que facilitará la cooperación del paciente ante los procedimientos a realizar. Además este método producirá un ahorro notable del tiempo. En la preoperatoria del paciente es importante utilizar fármacos cuyos efectos cesen antes de que el paciente abandone la consulta.
Hay que tomar en cuenta que existen individuos sensibles a estos fármacos y que en conjunto con la administración del anestésico local puede desencadenar ciertos eventos, tales como:
Lipotimia: Periodo de inconsciencia debido a la anorexia cerebral. Esta es una de las complicaciones más comunes al emplear anestesia local. Los síntomas clínicos se parecen a los de shock: el paciente palidece, su piel se pone fría y sudorosa, el pulso es rápido y la tensión arterial cae transitoriamente. La lipotimia responde muy rápidamente a tratamientos sencillos.
Tratamiento para la Lipotimia: Se coloca la cabeza del paciente más bajo que el cuerpo para facilitar la circulación del cerebro, se da una inhalación armónica y se aplica una toalla frían en la cara.
Shock: Esta reacción similar al sincope, es mucho más intensa, con descenso súbito de la presión arterial y del volumen de sangre circulante. Se pierde la conciencia y el pulso se hace más rápido y débil. Se parece al shock operatorio primario, puede ser debido a la inyección intravascular del anestésico, requiere a veces medidas de urgencia.
Tratamiento para el Shock: Se coloca al paciente en posición supina, con la cabeza baja y se administra un estimulante cardiaco y respiratorio. Aunque la idiosincrasia a los anestésicos locales es rara, debe averiguarse cualquier antecedente de reacción intensa, y en caso afirmativo evitar la medicación.