Odontología General

La halitosis, un mal común

21 de diciembre de 2010 - redactado por Cuerpo de redacción odontoespacio


Bad Breath Remedies

El mal olor procedente de la cavidad oral se debe a la acción de bacterias localizadas principalmente en el dorso de la lengua (en el 90% de los casos) y en el surco gingival. La gran extensión lingual y su estructura papilada hace que se retengan en ella gran cantidad de restos de comida y desechos, cuya descomposición, origina el mal olor principalmente mediante la producción de compuestos volátiles de sulfuro. Un problema de halitosis se puede intensificar con la presencia de prótesis totales o si el paciente presenta aftas, caries, sinusitis, infecciones en las encías o sequedad bucal.

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En una boca sana, los restos celulares pasan a la saliva y son digeridos rápidamente, por lo que las bacterias no disponen de tiempo para realizar su acción putrefactiva y no se produce halitosis. La saliva lubrica y oxigena la cavidad oral, y posee propiedades antimicrobianas; por tanto, la cantidad y calidad de la saliva son importantes. Así, en los pacientes con xerostomía, la producción de saliva está disminuida, aumentando la posibilidad de producción de compuestos volátiles de sulfuro, y con ello el mal olor.

Muchos alimentos ocasionan mal aliento de manera transitoria, especialmente el ajo, la cebolla y el curry. También se ha observado que el consumo de cigarrillos, alcohol, drogas se asocia a la producción temporal del mal aliento. La prevalencia del hábito tabáquico en el hombre moderno ha determinado la aparición de una entidad denominada aliento del fumador, se trata de un olor desagradable que emana de la boca de los fumadores habituales. Este olor es tan característico que permite diagnosticarlo fácilmente.

Ciertos trastornos metabólicos pueden afectar el aliento. Un signo típico para identificar a los pacientes con diabetes mellitus no tratada es la presencia de un aliento afrutado, similar al olor de las manzanas descompuestas, la cidra o la acetona. Otros trastornos sistémicos que pueden producir un olor particular del aliento son la falla hepática, que se caracteriza por un olor a azufre y la uremia, en la cual se produce un olor a amoníaco. En este caso es importante remitir al médico especialista.

Para establecer un diagnóstico confiable es necesario analizar los datos recolectados de la historia del paciente y del examen clínico. El tratamiento de la halitosis de origen bucal debe estar dirigido a eliminar las fuentes de compuestos volátiles de sulfuro, para ello el odontólogo puede implementar medidas como:

1.

Enseñar al paciente una correcta técnica de cepillado y uso del hilo dental.

2.

Indicar un enjuague bucal después del cepillado.

3.

Masticar chicle sin azúcar, es otro método contra la halitosis, debido a que se aumenta la producción de saliva. No debe sustituir al cepillado dental.

4.

Ingesta abundante de agua, se recomienda beber entre uno y dos litros de agua al día para favorecer la producción de saliva.

5.

Evitar el tabaco, alcohol, café y alimentos de intenso sabor u olor como el ajo, que potencian la halitosis.

El odontólogo debe estar capacitado para identificar las fuentes que pueden provocar halitosis, hacer el diagnóstico para desarrollar un plan de tratamiento apropiado en los casos de origen bucal o remitir al paciente a un médico especialista cuando sea necesario.

Fuentes del artículo:

Eroski Consumer

Scielo

Fuente: Odontoespacio
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