Odontología General

Síndrome Kiloh-Nevin: Parálisis del nervio interóseo anterior

23 de enero de 2015 - redactado por Dra. Carmen Álvarez Quesada, Dra. Carmen Grille Álvarez, Dra. Eva González Tocado, Dra. Blanca Celine de las Heras Vercher


Gaceta Dental

La parálisis del nervio interóseo anterior o Síndrome de Kiloh-Nevin, es relativamente poco frecuente, afecta a los músculos que intervienen en la realización de la pinza distal de los dedos pulgar e índice, dedos con los que tomamos los instrumentos al realizar el tratamiento a nuestros pacientes.

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El nervio interóseo anterior es una rama motora del nervio mediano que sale a unos 5-8 cm por debajo de la epitróclea, es decir distal al epicóndilo, bajo el arco de los flexores superficiales, sigue entre las dos cabezas del pronador redondo, acompañado de la arteria interósea anterior, pasa a través y debajo del flexor largo del pulgar y del flexor profundo del segundo dedo y alcanza al pronador cuadrado. Inerva a los músculos flexor largo del pulgar, flexor común profundo de los dedos índice y medio y al pronador cuadrado y, en un 50%, al flexor profundo del tercer dedo.

Etiología

Este Síndrome de Kiloh-Nevin es poco frecuente, se piensa que su incidencia es de alrededor de un 1% de las lesiones e la extremidad superior. Su etiología es diversa, entre la que destacamos:

– Traumatismos directos.

– Cortes, heridas.

– Compresiones secundarias a movimientos repetitivos.

– Movimientos violentos.

– Tumores.

– Trombosis vascular.

– Fracturas de diáfisis de radio.

– Contractura isquémica de Volkmann.

– Lesiones inflamatorias en el síndrome de Parsonaje-Turner (plexitis braquial).

– Asociado a enfermedades degenerativas que producen neuropatía (diabetes).

– Enfermedades degenerativas (artritis reumatoide,etc.)

– Asociado a anomalías anatómicas

Sintomatología

El síndrome puede aparecer tras un traumatismo, herida, fractura, ejercicios repetitivos o violentos en la región anterior proximal del antebrazo o distal del brazo, y produce un dolor agudo que puede durar desde unas horas a varios días. Cursa con impotencia funcional a la flexión interfalángica del pulgar asociándose a la pérdida de flexión de la falange distal del segundo dedo y, a veces, con parálisis del pronador cuadrado, lo que imposibilita la realización de la pinza distal o, dicho de otro modo, no pueden formar el círculo del «OK» ya que se produce una hiperflexión en la articulación interfalángica distal del segundo dedo y de la interfalángica del pulgar, dando un aspecto de «pico de pato». El dolor puede remitir y continuar con parestesias o parálisis total, dependiendo del nivel de compresión. El síndrome puede ser completo afectando al primer y segundo dedo, o incompleto, afectando a cualquiera de los dos dedos

Diagnóstico

Debemos utilizar para el diagnóstico la electromiografía, para observar los niveles de conducción nerviosa y sus alteraciones a nivel motor. Se puede realizar resonancia magnética para completar el diagnóstico diferencial con otras patologías como la ruptura tendinosa de flexores profundos, otros síndromes de atrapamiento, como, por ejemplo, el del túnel carpiano o el de Guyon, y también para descartar una neuralgia amiotrófica con afectación de más troncos nerviosos de la cintura escapular como el síndrome de Parsonaje-Turner.

Tratamiento

Se aconseja tratamiento conservador en la primera fase de reposo de la mano, evitando ejercicios repetitivos, normalmente de tres y seis meses, dependiendo del caso,para que se produzca una recuperación de la parálisis, ya que se libera la compresión nerviosa. Dado que esta lesión suele ser parcial y cursa con axonotmesis, se recupera en un tiempo estimado de entre nueve a doce meses.

Si la lesión es por heridas o cortes, dependerá del grado, pero la recuperación será posterior, necesitando en muchos casos de cirugía. En una segunda fase, si el paciente no muestra recuperación, el tratamiento puede necesitar de cirugía, mediante la transposición tendinosa. Posteriormente, se realizan ejercicios de fisioterapia. En ambas fases se debe realizar un seguimiento con EMG para ver la evolución del paciente y la recuperación de los movimientos, ganando fuerza y consistencia al cabo de unos meses.

Fuente: www.gacetadental.com
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