El en pasado se realizaron estudios buscando confirmar el uso del láser como una herramienta viable en el área de la salud. En el año de 1990, Hibst y Keller realizaron un estudio para valorar la posibilidad de utilizar el láser como un sustituto de los instrumentos rotatorios en la Odontología, buscando así dar un paso adelante en los tratamientos aplicados tanto en la estética como en el área protésica. Actualmente existe escepticismo para determinar si es factible su uso debido a la falta de un protocolo consensuado y definitivo de su uso.
Para ello es necesario verificar ciertos aspectos fundamentales, tales como: el tipo de láser a emplear, la metodología a seguir, la diferente naturaleza de la superficie resultante, así como las características del sustrato dentario remanente (esmalte, dentina o dentina de reparación); todos estos son factores determinantes en el éxito de la adhesión y tienen que ser verificados para poder considerar el láser como una opción.
Estudios han demostrado que el láser Erbium:Yttrium-Aluminium-Garnet (Er:YAG) ejerce su función sobre los tejidos en función de su longitud de onda (2940nm), por lo que es absorbido selectivamente por los componentes de los tejidos dentales como lo son el agua y la hidroxiapatita. De esta manera se afirma que es una herramienta estándar para el tratamiento mínimamente invasivo en los tejidos duros y los tejidos blandos, siendo ya implementado en otras ares de la odontología como la periodoncia y cirugía bucal y maxilofacial.
En cuanto a su uso en el campo de la restaración dental y estética el láser de (Er-YAG) es una excelente herramienta para los procedimientos de Odontología adhesiva, ya que: elimina el smear layer, abre los túbulos dentinarios y produce microrrugosidades superficiales, factores que favorecen la adhesión de los materiales restauradores.