Medicina Oral y Patología

¿conoces la celulitis facial odontógena?

9 de julio de 2012 - redactado por Odontología Virtual


Foto referencial extraída de internet

La celulitis facial odontógena es la inflamación difusa de los tejidos blandos de la cara, producto de la infestación ocasionada por un diente cariado, la cual se extiende por los espacios a través de los tejidos a más de una región anatómica o espacio aponeurótico de la misma.

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La etiología más reconocida es la de origen piógeno, causada por un estreptococo -en ocasiones asociada a otras bacterias-, aunque una exaltación en la virulencia del estafilococo dorado puede ser el agente patógeno causal. Se asocian también factores predisponentes, que atañen al huésped, como la desnutrición, la diabetes y la inmunodepresión.

Si los gérmenes son extremadamente virulentos o el uso inadecuado de antibióticos crea como una resistencia del germen a los mismos, la infección avanza a través de los tejidos circunvecinos hacia zonas remotas del sitio de origen de la misma.

De persistir esta condición y la respuesta fisiológica no logra controlar el avance de la infección y los agentes terapéuticos demuestran ser fútiles, se compromete la vida del paciente.

Cuadro sindrómico general

Por lo general se confina a la zona de los maxilares en sus inicios. Se puede constatar u observar un cuadro sindrómico conformado generalmente por edematización grosera de los tejidos blandos de la cara, tumefacción, a menudo duros a la palpación, rubor y calor de la zona en cuyo estadío no se produce supuración, no habiendo una localización de la infección.

También puede mostrar una severa reacción sistémica a la infección con toma del estado general, presentando temperatura elevada y malestar general.

Cuadro hematológico

Desde el punto de vista hematológico, se va a producir una vasodilatación en la zona afectada, con aumento de la permeabilidad de los vasos, dando lugar a la salida de un exudado hacia el Intersticio|intersticio.

Generalmente aumenta la velocidad de eritrosedimentación y el recuento leucocitario, alterando dicha fórmula. El ritmo cardíaco está acelerado, tratando de suplir el enlentecimiento de la circulación. El equilibrio electrolítico se modifica, lo que influye en el malestar referido por el paciente.

Los cambios hematológicos mencionados se deben a las sustancias implicadas en los cambios vasculares, denominadas mediadores químicos, por ejemplo: prostaglandinas, citocinas, Aminas vasoactivas|aminas vasoactivas como las serotoninas, cuyas acciones son similares a las de la histamina. Estos mediadores químicos promueven la vasodilatación y el aumento de permeabilidad vascular.

Si la infección continúa avanzando y no es detenida por la defensa fisiológica, el material purulento puede labrar su trayecto hacia la superficie donde puede evacuarse espontáneamente, dependiendo de su ubicación y de la proximidad de las estructuras anatómicas que guían su avance.

Prevalencia

La celulitis facial odontógena se presenta con más frecuencia en pacientes jóvenes entre los 20 y 30 años, y en niños entre los 6 y 11 años. La zona más afectada es la del cuerpo mandibular, submandibular y región geniana, donde hay estructuras adyacentes importantes.

Al ser diagnosticada, independientemente del estadío en que se encuentre y las características evolutivas de la misma, tiene criterio urgente de remisión hacia la atención hospitalaria donde debe ser atendida, por contar con los recursos necesarios para su tratamiento.

El tratamiento parte de la indicación del antibiótico adecuado en la dosis y vía requeridos, el uso de medicamentos que apoyen a contrarrestar el cuadro clínico presente, el ingreso del paciente si lo merita, el posible drenaje de la lesión que alivie al paciente y modifique en beneficio el cuadro presente con el ulterior seguimiento del mismo, así como definir cuándo y cómo la eliminación de la causa según la evolución del cuadro clínico.

Por consiguiente, la celulitis facial odontógena es una de las entidades consideradas entre las urgencias de más cuidado, ya que su manejo Tórpido, con el consiguiente atraso o pérdida de tiempo, puede favorecer o no la evolución del cuadro existente poniendo en peligro la vida del paciente.

Es una lesión que puede dar al traste con la vida del paciente, por lo que se debe conocer en sus diferentes estadíos para realizar las acciones correctas y evitar lamentar complicaciones adversas.

Fuente: Odontología Virtual
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