Información Académica

Emergencia en la consulta odontológica, reacción anafiláctica

30 de noviembre de 2015 - redactado por Enrique A. López G.


Imagen referencial

En cada una de las distintas especialidades de la odontología existe la posibilidad de generar en los pacientes una reacción anafiláctica, causada bien sea por los componentes de los materiales utilizados para intervenir al paciente, o incluso por aquellos utilizados en la fabricación de las barreras de bioseguridad manejadas por el profesional como es el caso de los guantes (alergias al látex). Por todo esto es necesario que el odontólogo y especialista tenga un conocimiento profundo para identificar cuando se inicia una reacción de hipersensibilidad, pudiendo así brindar la atención necesaria para preservar la vida del paciente.

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La sintomatología alérgica es diversa, presentándose desde: urticaria, edema local o focal, sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar (producto de la obstrucción de las vías respiratorias por edema laríngeo), diarrea y vómito; pudiendo entrar el paciente en estado de shock por hipotensión grave, por lo cual el cuadro clínico dependerá de la intensidad de la respuesta y de los órganos involucrados.

Estas reacciones también se conocen como fenómenos de hipersensibilidad inmediata, donde la respuesta inmunológica mediada por anticuerpos ante el elemento exógeno, es acompañada de cambios vasculares inflamatorios y en la musculatura lisa. Una reacción anafiláctica comienza cuando el alérgeno (en una persona previamente sensibilizada) entra nuevamente al organismo y reacciona con un anticuerpo de clase Inmunoglobulina E.

El conocimiento de una incidencia exacta es difícil de obtener debido a la falta de exámenes de laboratorios confirmatorios, así como la falta de conocimiento por parte del propio paciente o una falta de diagnóstico por falta de los clínicos. Sin embargo se estima que la prevalencia de la anafilaxia sea de 0.5% a un 2%. En los Estados Unidos se registran 1500 de muertes al año, convirtiéndose en el 1% de los casos en el departamento de emergencia.

Los factores de riesgos para los casos de anafilaxia incluyen la edad y patologías de base tales como asma, enfermedades cardiovasculares, mastocitosis y enfermedades respiratorias crónicas.

Es pertinente que todo profesional de la odontología cuente con los conocimientos y el entrenamiento necesario para administrar los fármacos que puedan ayudar a contrarrestar una reacción de hipersensibilidad ocurrida durante un tratamiento convencional, para así lograr evitar complicaciones y aliviar al paciente de las manifestaciones alérgicas.

Es fundamental realizar una buena investigación de los antecedentes médicos del paciente y así identificar eventos en su pasado determinando así los agentes alérgicos que pueden desencadenar todas estas reacciones, se debe indagar la exposición previa y su respuesta a fármacos de uso común en odontología, como son los anestésicos locales y tópicos, antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios.

Si el paciente refiere no saber identificar exactamente el agente causal de un episodio alérgico, es importante tener presente que como odontólogos podríamos generar una reacción cruzada con alguna sustancia parecida a la que el paciente es sensible, utilizada en el consultorio dental; por lo que es necesario entablar una conversación a detalle y remitir a un alergólogo si es necesario.

Ante signos positivos de urticaria, asma o antecedentes de edema angioneurótico a shock anafiláctico de cualquier intensidad, es necesario pedirle al paciente que sea más específico sobre el alérgeno, para así evitar su uso o el de sustancias que sean químicamente similares para prevenir las reacciones cruzadas.

Un paciente alérgico puede estar bajo tratamiento con antihistamínicos o inmunosupresores. La Difenhidramina puede incrementar el efecto de la epinefrina anestésica. El Levarterenol combinado con óxido nitroso puede provocar aumento de la tensión; por lo que es recomendable que el odontólogo examine en las fuentes adecuadas, posibles interacciones de fármacos antialérgicos que pudieran ser utilizados por él.

Es común que el término alergia sea confundido por los pacientes con reacciones desfavorables como toxicidad, intolerancia y a respuestas derivadas de estados anímicos como ansiedad que pueden provocar en el sillón dental cambios en la frecuencia cardiaca, respiratoria, y el estado de consciencia.

En la mayoría de las manifestaciones alérgicas sólo se manifiesta urticaria, por lo que puede ser manejada con antihistamínicos que permiten detener las fases iniciales del proceso. Sin embargo, en el caso de edema angioneurótico, asma y shock anafiláctico, donde el individuo manifiesta dificultad respiratoria, debe tratarse de inmediato con adrenalina y procurar trasladar al paciente a un medio hospitalario para mejor manejo del cuadro y evitar complicaciones graves.

Cuando se manifiestan reacciones anafilácticas generalizadas debe asegurarse soporte básico para la vida, que incluyen colocar al paciente en posición supina y cerciorarse de que tenga las vías respiratorias permeables.

En conclusión, por la gran cantidad de agentes alérgenos que pueden ser utilizados en nuestra profesión es fundamental que el odontólogo cuente con el conocimiento necesario para identificar y prevenir cualquier exposición que pueda generar una reacción anafiláctica, así como brindar el soporte necesario en caso de presentarse una de manera inmediata o tardía, dependiendo de cuál sea el caso.

Bibliografía consultada

Zilberste J, McCurdy M, Winters W. Anaphylaxys. The Journal of Emergency Medicine. 2014;47(2):182-7.

Sampson, Muñoz-Furlong, Bock. Symposium on the definition and management of anaphylaxis. summary report. J Allergy Clin Immunol. 2005;115(3): 584–591.

Fuente: Odontoespacio
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